Ya estamos en casa, Dios mío, es increíble. Ya pasó todo. Ahora empieza una vida nueva, una vida en familia, nuestra familia. Son unos niños maravillosos, son buenísimos pero muy revoltosos aunque es pronto para definirlos porque están muy nerviosos. Todo es una fiesta para ellos, una pera, un pijama, unos zapatos, empiezan a chillar todo contentos que sólo de verlos ya mereció la pena todo. Pero no por eso deja de ser duro, tienen sus rabietas, pero te llenan de besos todo el tiempo. Ellos quieren que les digamos todo el tiempo lo bien que hacen esto o lo otro y que les achuchemos y nosotros encantados, claro. No todo es de color de rosa porque cuando lloran así o tienes que recriminarles algo luego te sientes mal pero ellos te siguen dando abrazos y besos y tienes que aguantar la risa mientras le riñes porque encima son graciosos y unos cobistas que nos tienen en las palmas de sus manos y se nos cae la baba completamente.
Bueno, no tengo tiempo de enrollarme más (que gusto decir esto) porque me demandan mis niños, tengo que bañarlos que me encanta y verlos comer es alucinante no veas como tragan, jajaja!! Están felices, riendo todo el tiempo y nosotros, uff me emociono, superfelices!!!!!!!!!!!!!
