domingo, 10 de noviembre de 2013

DENTRO DE MI PROPIO SUEÑO


Erase una vez dos jóvenes muy jóvenes que con risas y miradas se conocieron jugando a la vida, se enamoraron poco a poco, nunca se separaban, encontraron apoyos que en unos casos no tenían y fueron incondicionales el uno con el otro. En su historia pasaron momentos muy felices y momentos muy tristes y ellos siguieron agarrados siempre de la mano, pruebas muy duras hicieron tambalear alguna vez la relación pero esas manos estaban muy a gusto la una con la otra. Ellos lucharon siempre unidos por sus propias cosas y frente a los demás, batallaron por casarse, por trabajar, por encontrar y fabricar la vida para los dos, nunca fue fácil pero siempre hubo mucha ayuda, mucho apoyo y mucho cariño alrededor por personas de la familia que nunca nos abandonaron aunque algunas por desgracia,si, físicamente. La mayor lucha que experimentó nuestra relación fue, sin duda, buscaros. Fue muy díficil porque no sabíamos adónde podríais estar esperando. Entre doctores, entre reproducciones asistidas, lágrimas y disgustos que parecían no tener fin verdaderamente descubrimos el alcance del amor que nos profesábamos, donde muchas parejas no aguantaban, donde el problema podía más que ellos y su amor fracasaba nosotros nos hacíamos más fuertes para aguantar una y otra y otra vez lo que la vida nos negaba. Y fue en este camino paralelo, que no ha sido más fácil que el anterior, y plagado de obstáculos, pero que seguíamos superando ante la admiración de todos los que nos conocen con más ilusión que nunca, donde, por fin, os encontramos después de tantos años. Sabemos que tenía que ser ahora y que sois vosotros, mis preciosos niños por los que llevamos suplicando toda la vida. Y ahora que me veo como desde fuera, porque es difícil todavía creer que es la realidad, comprando ropita para vosotros, arreglando la habitación y hablando de mis niños como si ya fuera una consumada madre, me siento como "dentro de mi propio sueño". Ese sueño que me ha acompañado siempre en las noches entre lágrimas ahogadas y en días entre gritos desesperados pidiendo que alguno de los que tiran a los bidones de basura fuera para nosotros. Estoy viviendo, por fin, mi sueño, nuestro sueño, cada minuto del día y de la noche, en el trabajo, en la calle, en casa...estoy dentro de mi propio sueño.